TIEMPOS DE CENSURA

SINOPSIS ARGUMENTAL

En tiempos de pandemia y fake news, un importante escritor aún no ha entregado la prometida obra a la editorial, y todo indica que poco le importa cumplir con el acuerdo.
Esto provoca un incómodo encuentro entre él y el representante de la empresa, que busca un camino sin advertencias legales.
Sin embargo, parece que el peculiar escritor ya había venido preparado para esto.

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GALERÍA DE FOTOS

Fotos de la realización:

Fotos del cortometraje:

FICHA TÉCNICA

Escrito y dirigido por Israel Mirenda.

Interpretado por Carlos Ramiro Pereyra y Pablo Pipolo.

Producido por Israel Mirenda.

PALABRAS DEL DIRECTOR

Primero, la confesión: este corto nace de una búsqueda que muy poco tuvo que ver con discrepancias en “tiempos de censura”.
Lo justo sería admitir que el motivo original de esta producción fue concebir una propuesta visual elaborada, frente a una simple escena de dos personas conversando.
Así es como se origina “Tiempos de Censura”: como un ejercicio de narrativa visual.

Tengamos en cuenta que, para esta altura, recién estaba realizando mi segundo cortometraje.
Si bien es cierto que ya había resuelto muchas escenas de este tipo, la idea era proponer caminos distintos para una situación básica.

Así que, en vista de esto, me dispuse a construir una detallada narrativa visual.
La idea era empezar con una mirada a la historia desde atrás del banco donde están sentados los protagonistas, y entonces, luego, ir atravesando el eje de un lado a otro, adentrándome en planos cerrados y volviendo nuevamente a los generales.
No sólo esto sino que el mar, las aves, y algunos extras tomarían parte en la historia, llegando a atender momentos particulares del corto con “planos detalle” no tan usuales.
Más que un storyboard parecía un comic.

Pero ocurrieron demasiados contratiempos el día de rodaje, como tenía que ser. 🤦‍♂️
Ya al comienzo, un camión barométrico se instaló a pocos metros de donde estábamos.

– ¿Van a estar mucho rato?
– Todo el día.

No podíamos siquiera hablar por tanto ruido.
Por supuesto, hubo que cancelar la filmación (y comer los pasteles que había llevado).

Luego, los actores no lograron acordar una fecha donde pudieran estar ambos.
Finalmente, y luego de varias semanas, decidí rodar la mayor parte del corto en dos ocasiones, sin la presencia de ambos personajes a la vez.
Casi todo se hizo por separado.

Peor aún, esto sucedió en días con climas muy distintos.
Uno muy frío y lluvioso (en el que había que detener el rodaje cada veinte minutos), y el otro totalmente despejado, con sombras duras por el sol fuerte.

Así que, finalmente, me fue necesario renunciar a más de la mitad de los planos que tenía rigurosamente preparados.
Sin embargo, en postproducción opté por construir la historia con los elementos que ya había logrado.

Por supuesto, un dolor de cabeza para los actores también, que fueron víctimas de este enorme desencuentro.

Sea como sea, el “ejercicio” otorgó sus propias lecciones.

En cuanto al guion: siempre supe que no tenía un tono popular.
De hecho, no se trata tanto de una historia que presenta un conflicto que necesita urgentemente ser resuelto. Más bien, se trata de una perspectiva expuesta.
Una denuncia al creciente manoseo del legítimo valor de las palabras, y a la falta de libertad de expresión.
Un tema muy serio, si se presta la necesaria atención, y se elige el camino de la honesta reflexión.